En la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) es el Departamento de Investigación y Posgrado e Interacción Social (DIPGIS) quién lideriza la gestión del programa instaurado con el apoyo de Mercados Inclusivos, un proyecto de la cooperación de Suiza y Suecia en Bolivia. Desde el proyecto, Rosio Tárraga señala que el programa se concentra en articular los esfuerzos que realizan tanto universidades como municipios, en interacción social así como en el cumplimiento del mandato que tienen todos los municipios del país, en el marco de la Ley para garantizar una vida libre de violencia N°348
Además de la correcta aplicación de los procedimientos legales establecidos en la Ley 348, abordados con maestría en las facultades de derecho, la violencia es un fenómeno social en el que los y las involucradas transitan un mar de emociones; en este sentido, las carreras de psicología y comunicación pueden jugar un rol clave en evitar que el entorno comunitario se insensibilice respecto a una problemática recurrente.
Por su parte, Elizabeth Guzmán en el DIPGIS de la UMSA remarcó el valor del servicio que brindan las y los estudiantes en los municipios, porque además de participar en la atención de las denuncias, la prevención y reintegración se requiere de capacidades y equipamiento prácticamente inexistentes en los municipios. Sin embargo, así como en la vida misma, la escasez es siempre terreno fértil cuando combinamos creatividad, juventud y formación comprometida. Por ejemplo, “en el caso del SLIM en Viacha estamos articulando la producción de derivados lácteos con la reintegración social de mujeres víctimas de violencia a fin de que, además transitar el proceso judicial seamos capaces de reintegrarlas productivamente.” Actualmente, el Programa SLIM UMSA sistematizará la contribución que realizan los estudiantes de grado, a fin de precisar los logros, consolidar aprendizajes y afinar procedimientos.
Como proyecto, -señala Tárraga- “sabemos que es complejo establecer una correlación entre la disminución de la violencia en razón de género con la búsqueda del buen vivir de hombres y mujeres en los sistemas alimentarios de las áreas rurales del país; no obstante, desde una perspectiva de sostenibilidad en las intervenciones, está la capacidad de actuación multiactor, que según vemos en el programa SLIM UMSA puede ir más allá de la coyuntura y lo preocupante que es este mal. Si expandimos servicios preexistentes involucrando a los y las jóvenes egresados de las universidades, estamos demostrando que existen mecanismos en los que las instituciones privadas, públicas y comunitarias actúan de manera sistémica y sostenida para hacer frente a la violencia”.
La réplica del Programa de Fortalecimiento a los SLIM, iniciada por la UMSA tiene hasta ahora a cinco universidades en pleno proceso de réplica, al mismo tiempo que ha incentivado la conformación de la Red Universitaria de Lucha contra la Violencia cuyas metas sitúan al sistema universitario en un rol de mayor compromiso respecto de la problemática.